SANTO DOMINGO.-La muerte del joven prospecto Gustavo Talmaré pone entredicho la seguridad de los noveles jugadores de béisbol y en tela de juicio el seguimiento que instituciones del Estado deben darle a las academias.

Gustavo Talmaré solo tenía 14 años y ya era una estrella del béisbol infantil.Contaba con un preacuerdo de tres millones de dolores con un equipo de la Gran Carpa de Estados Unidos, según informaciones extraoficiales

El niño gigante era un prospecto, proyectado en conquistar grandes escenarios del béisbol mundial
El jovencito fue encontrado sin vida dentro de una laguna cercana a la academia donde se entrenaba en la comunidad de Guerra, en Santo Domingo Este.

El grave suceso recuerda otro hecho relacionado con jugadores de fincas del béisbol local.

En noviembre del año pasado la sociedad fue estremecida por la muerte de Ismael Ureña Pérez, 14 años al igual que Talmaré, afectada por una medicamento de caballo que recibió para aumentar su masa muscular,
Ante esos dos casos y otros, surge cuestionamiento como qué  tan seguras son las academias o pensiones par jovencitos que esperan serán profesionales? Cuál es el papel de instituciones que tienen que velar por el bienestar de la niñez en ese tipo de negocios? Está desbordada la idea de que solo obteniendo que unos de nuestros infantes firmen un contrato de grandes ligas la familia saldrá de la pobreza?
Hoy esos y otros tantos sueños quedaron destrozados con la muerte de Gustavo Talmaré.